El pasado sábado 16 de noviembre, tuvimos el privilegio de llevar a cabo una enriquecedora actividad en el emblemático sector de «El Panecillo» en Quito, donde los protagonistas principales fueron los jóvenes de nuestra comunidad. En esta ocasión, se realizó un taller enfocado en el desarrollo de habilidades para la resolución de conflictos, un tema esencial para fomentar una convivencia pacífica y respetuosa entre las personas.
Lo más destacado de la jornada fue la participación activa de los jóvenes, quienes fueron los encargados de llevar a cabo la dinámica principal: dramatizaciones sobre diferentes situaciones conflictivas. Organizados en grupos, los participantes presentaron distintos escenarios donde se ponían a prueba diversas formas de manejo de conflictos. A través de estas dramatizaciones, los jóvenes demostraron cómo, mediante la escucha activa y el diálogo, es posible encontrar soluciones y consensos que beneficien a todas las partes involucradas.
Durante la actividad, los jóvenes no solo practicaron técnicas de resolución de conflictos, sino que también reflexionaron sobre la importancia de entender los puntos de vista de los demás para llegar a acuerdos justos. Cada grupo identificó los problemas subyacentes de los conflictos representados, buscando soluciones cooperativas que involucraran la empatía y el respeto mutuo. Este enfoque permitió que los participantes experimentaran cómo los conflictos pueden resolverse de manera constructiva y pacífica.
La dramatización, como herramienta pedagógica, ofreció a los jóvenes una forma vivencial de comprender cómo se desarrollan los conflictos en su entorno cotidiano y cómo pueden abordarlos de manera asertiva. A través de esta experiencia, también se promovió la comunicación asertiva, el respeto y la importancia de mantener una actitud abierta y colaborativa al enfrentar desacuerdos.
La respuesta de los jóvenes fue más que positiva, mostrando un alto nivel de compromiso e interés por aprender a resolver conflictos de manera pacífica y efectiva. Este taller no solo brindó herramientas prácticas, sino que también fortaleció el sentido de comunidad y cooperación entre los jóvenes participantes.
Agradecemos profundamente a todos los jóvenes que fueron los verdaderos agentes de cambio durante esta jornada. Su participación activa y su disposición para aprender y aplicar nuevas habilidades son fundamentales para la construcción de relaciones más armoniosas en nuestras comunidades.
Este taller es solo una muestra de nuestro compromiso continuo con el desarrollo integral de la juventud y la promoción de valores como la paz, el respeto y el entendimiento. Con actividades como esta, seguimos avanzando hacia la construcción de comunidades más inclusivas y solidarias.