El 1 de junio marca una fecha significativa para la Iglesia y para todos aquellos que valoran la compasión y el servicio a los necesitados: el 119° aniversario del fallecimiento de San Juan Bautista Scalabrini, conocido como el «Padre de los Migrantes».
Una vida dedicada al servicio
Nacido el 8 de julio de 1839 en Fino Mornasco, Italia, Juan Bautista Scalabrini se destacó desde joven por su profunda devoción y deseo de servir a Dios. Ordenado sacerdote a los 24 años, pronto se distinguió por su dedicación a la enseñanza y al cuidado de los enfermos, especialmente durante la epidemia de cólera que afectó a su región. Su compromiso con la educación religiosa lo llevó a escribir el «Pequeño Catecismo para los jardines de infancia».
En 1875, con solo 36 años, Scalabrini fue nombrado obispo de Piacenza por el Papa Pío IX. A pesar de sus iniciales dudas y temores, aceptó con humildad el cargo y dedicó su ministerio a la caridad hacia los más necesitados y a la enseñanza del Evangelio. Fundó las Escuelas de la Doctrina Cristiana y publicó la revista «El Catequista Católico», mostrando siempre una gran preocupación por la formación del clero y la educación de los jóvenes.
El Apóstol de los Migrantes
El impacto más duradero de Scalabrini fue su trabajo con los migrantes italianos. A fines del siglo XIX, millones de italianos emigraron a Sudamérica y Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. Scalabrini, profundamente conmovido por las difíciles condiciones que enfrentaban estos emigrantes, fundó en 1887 la Congregación de los Misioneros de San Carlos Borromeo y, en 1895, las Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo, con la misión de brindar asistencia espiritual y material a los migrantes.
Scalabrini no se limitó a fundar estas organizaciones; también viajó a Estados Unidos en 1901 y a Brasil en 1904 para visitar a los migrantes y apoyar personalmente a los misioneros. Su visión integral de la asistencia a los migrantes incluía ayuda en todas las etapas del proceso migratorio, desde los puertos de embarque hasta la integración en los nuevos países.
Un legado que perdura
El compromiso de Scalabrini con la justicia y la dignidad humana fue reconocido por la Iglesia. Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 9 de noviembre de 1997 y canonizado el 9 de octubre de 2022. Su vida y obra continúan siendo una fuente de inspiración para muchos.
En sus propias palabras, Scalabrini expresó su misión de forma clara y conmovedora: «No ahorraré ningún esfuerzo para hacerme padre de los desgraciados, tutor de los ignorantes, rector de los sacerdotes, pastor de todos, para ganar a todos para Cristo».
San Juan Bautista Scalabrini, ruega por nosotros.