Conmemorando el Día Mundial del Refugiado: Un Recordatorio Histórico de la Resiliencia y la Esperanza
En el marco del Día Mundial del Refugiado, celebrado el día de mañana 20 de junio, nos remontamos a la historia para recordar el origen de esta importante fecha y honrar a las millones de personas que se han visto obligadas a huir de sus hogares debido a guerras, persecución o violencia.
El Día Mundial del Refugiado se estableció en 2001 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, conmemorando el 50 aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951. Este tratado internacional define al refugiado como «toda persona que, debido a temores fundados de persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social o a causa de opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, no quiera, acogerse a la protección de ese país».
Este no solo es un momento para recordar a las personas refugiadas, sino también para hacer un llamado a la acción. La comunidad internacional tiene la responsabilidad de brindar protección y apoyo a quienes han sido forzados a abandonar sus hogares.
Según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en la actualidad hay más de 100 millones de personas desplazadas en el mundo, la cifra más alta jamás registrada. Entre ellas, se encuentran 20,2 millones de refugiados y 51,2 millones de desplazados internos.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, (INEC), en el 2022, se registró un flujo migratorio general de 5.052.633 movimientos en Ecuador, lo que representa un 78% de crecimiento con respecto al año 2021.De este total, 2.457.544 corresponden a entradas internacionales y 2.595.089 a salidas internacionales.
La principal nacionalidad de inmigrantes en Ecuador es venezolana, siendo que el 76% de los inmigrantes venezolanos en Ecuador llevan más de un año en el país, mientras que el 24% tiene menos de un año. Los principales motivos de migración hacia Ecuador son la crisis económica y humanitaria en Venezuela, la búsqueda de mejores oportunidades y la violencia.
A pesar de las dificultades que enfrentan, las personas refugiadas son un ejemplo de resiliencia y esperanza. Cada historia de un refugiado es un testimonio que da fe de la fuerza del espíritu humano y la búsqueda incansable de un futuro mejor.
Todos tenemos la responsabilidad de contribuir a un mundo más justo y solidario para las personas refugiadas. Podemos hacerlo apoyando las organizaciones que trabajan en su favor como lo es ACNUR, la OIM, UNICEF, y la misma Misión Scalabriniana. Invitamos a promover la tolerancia y el respeto a la diversidad, y abogar por políticas públicas que garanticen los derechos de las personas en Movilidad Humana.